Apoyo a las personas inmigrantes que quieren emprender
El pasado mes de marzo, Kamal Faten puso en marcha junto a su socio el negocio «Casablanca Fresh Fruit S.L.L», una frutería ubicada en el barrio de Chamberí, donde venden frutas y verduras de calidad a buen precio, zumo de naranja recién exprimido y productos ecológicos. Venden tanto al público directamente como a hostelería y a domicilio. La tienda está ubicada en una zona muy céntrica, en el local situado en la calle Bravo Murillo, 37. Kamal ha participado en el proyecto Emprendimiento e Integración asistiendo al itinerario formativo en emprendimiento «Ítaca Competencias LED (Lidérate, emprende y desarróllate)» y a asesoramiento personalizado.

¿Por qué decidiste emprender?
La empresa en la que llevaba trabajando 6 años se traspasó y me dieron la opción de quedarme o indemnizarme. Esto me hizo dar un giro a mi manera de pensar y lanzarme a buscar algo propio. A lo largo de mi experiencia laboral he trabajado en diferentes puestos y empresas y esto me ha hecho coger confianza en mis conocimientos sobre la hostelería. Decidí que quería tratar con la materia prima directamente y buscar la calidad. Como consumidor de ecológico convencido quise aportar un poco para hacer algo positivo por la sociedad. Como ves son un cúmulo de razones, personales y profesionales, incluyendo las prácticas de administrar tu propio trabajo, que era algo que me apetecía desde hace tiempo.
¿Cuál es tu negocio?
Una tienda de fruta y verdura ecológica y tradicional. Tenemos también productos relacionados como zumos, frutos secos, legumbres y otros. Aunque tengo en mente ya varios negocios más. Creo que haberme aventurado esta vez me ha dado coraje para ampliar mi abanico de posibilidades, ya que siempre he tenido muchas ideas de negocio en mente.
¿Tienes formación y/o experiencia en el sector?
Sí, me he formado tanto en Marruecos como en España en cursos de Dirección de Hostelería y Cocina. He trabajado en hostelería y de cara al público. En hostelería tanto en hoteles como restaurantes, de cocinero sobre todo, jefe de cocina y supervisor. Como tal tenía que negociar con los proveedores directamente, estaba muy concienciado con la elección del género adecuado, así como las normas de conservación y logística para lograr eficiencia del producto y minimizar sus pérdidas.
¿Cuáles fueron los principales obstáculos que te encontraste?
Básicamente, económicos, por ello me llevó a buscar financiación con otros socios. Después más que obstáculos, retrasos en el timing por la burocracia con arrendadores y bancos principalmente.
¿Y tus principales apoyos?
Económicos y morales: mi socio, mi mujer, el estado Español, con su fomento al emprendimiento han sido un empujón final que me hizo falta. También la propia Fundación Tomillo me ayudó a perder el miedo con los ejercicios prácticos y la aportación del material y de los compañeros con sus diferentes ideas de negocio, ¡hay miles de ideas en proceso!
¿Qué consejos darías a una persona que está en el proceso de emprender?
Que sea pragmático ante todo, pero que lo haga, simplemente. El aprendizaje merece la pena. El conocimiento que te aporta es lo que queda y te amplía horizontes. El dinero en la vida, sin embargo, va y viene. Lo peor que te puede pasar es que pierdas la inversión que hiciste, pero lo que te llevas es muy enriquecedor comparado con lo que podrías aprender años y años en un simple puesto de trabajo habitual (ya veremos el año que viene si puedo decir lo mismo ¡jaja!).